¿Cómo es posible que cada año que pasa, la Misa del Perot sea capaz de congregar a más gente?
La respuesta solo la tiene y está en la Lledonera, pero podemos aventurar que pocas veces se supera este carácter tan entrañable y emotivo que le confiere un estilo único.
Con la llamada del Vol de lAlba comenzaba el día de la Fiesta. A las nueve en punto de la mañana, con la bandera de la Cofradía ya situada en el Altar Mayor, el Perot y el Clavario ocupaban asiento preferencial junto a ella. Los caballeros de la Junta de Gobierno de la Real Cofradía presididos por D. Joaquin Borrás Ulldemolins, esperaban impacientes el comienzo de la ceremonia, magistralmente oficiada por el M.I. Monseñor Ignacio Pérez de Heredia y Valle, Prior de la Real Cofradía, quien en la homilía nos indicó que el amor que sentimos por la Virgen se extiende además por ser la Madre de todos.
La coral de barreros Mare de Déu del Lledó, bajo la batuta de D. Ferran Badal Granell interpretó la Misa de D. Ignacio Pérez de Heredia y Valle junto a piezas clásicas de Haendel, Giuseppe Mazi, Peris y Almela.
Buen arranque para un día festivo y de alegría en honor de la Mare de Déu, que hacía presagiar un mar de emociones contendidas, que desbordarán sin ninguna duda, cuando la Patrona, majestuosa, presida la Procesión General de la tarde.