FESTIVIDAD EN BARCELONA 2010

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LA HISTORIA.
Viene de los años cincuenta la veneración y culto a la Lledonera en la ciudad Condal, concretamente en la Casa de Valencia en Barcelona; así lo ratificaba Doña Lola Gómez, actual presidenta de la institución, quien puntualizaba que concretamente desde 1956, año de apertura de la actual Casa Regional. El culto privado es compartido con el de las advocaciones a la Mare de Déu dels Desamparats y a la Virgen del Remedio, patronas de las ciudades de Valencia y Alicante respectivamente, aunque la incorporación de esta última imagen es posterior, en los años sesenta.

Existe una versión, no documentada, que apunta a que este culto privado en Barcelona es anterior; este tema, de menor importancia, nos remite a que tras la celebración de los actos Marianos del año 1997 un grupo de devotos de la Virgen residentes en la Ciudad Condal promovieron el entronizar una imagen de la Patrona.

El reverendo Josep Pavía, de raíces castellonenses y actual prior de la sección de la Cofradía en Barcelona, fue quien dirigió las gestiones de búsqueda de un templo que albergara una imagen de la Virgen de Lledó y que culminaron con la aceptación de tal petición por parte de D. Carles Sauró i Calzada, párroco de la Iglesia Parroquial de San Gervasio y San Protasio (Virgen de la Bonanova).

Así, la celebración de entronización aconteció el año 1998. Desde entonces, para todo el que quiera venerarla, existe una capilla en el templo con una imagen de la Lledonera, a la que los primeros sábados de cada mes se le rinde culto especial y se celebra una Eucaristía a la que asisten los cofrades residentes en Barcelona.

Es habitualmente el primer domingo del mes de noviembre la fecha de la celebración de la Fiesta Mariana en Barcelona, asistiendo a la celebración los miembros de la Junta de Gobierno y todos aquellos cofrades que así lo deseen.

El pobrecito hablador

LA FIESTA.
A las 7 de la mañana salía en autocar la comitiva hacia Barcelona. Al final de la jornada y ya de vuelta a casa una leve sonrisa confirmaba la certeza que tuve antes de partir. El madrugón había valido la pena.

El prior de la cofradía D. Ignacio Pérez de Heredia, los presidentes Joaquín Borrás y Ana Valls, el Clavario D. Pablo Salvador, miembros de la Junta de Gobierno, la Cofradía de Vilafamés con su presidente Andrés Renau al frente, cofrades, fieles y devotos enfilaban la carretera hacia tierras catalanas.

Tras un distendido y tranquilo viaje se llegó a la Iglesia de la Bonanova. Allí nos esperaban aquellos que decidieron partir el día anterior, entre ellos el Perot D. José Rambla. Juntos entrábamos en la Parroquia donde a las 12 comenzaría la Celebración Eucarística en honor a la Virgen.

Presidió el Reverendo titular D. Carlos Sauró (quien el pasado 18 de septiembre cumplió 50 años de servicio sacerdotal) acompañado de los priores de la Cofradía en Castellón y Barcelona D. Ignacio Pérez de Heredia y D. Josep Pavía respectivamente.

En la Solemne Misa, conmemorativa del duodécimo aniversario de la entronización de la Mare de Déu del Lledó en Barcelona, la coral polifónica Sant Pere del Grau, bajo la batuta de D. Miguel Miralles, interpretó entre otros: Haec est dies (II) y Bone Pastor de Josep M. Peris, Adoro te devote de R. Wagner, O Salutis hostia de L. Perosi y el Magnificat de V. Garcia Julbe.

Tras el cántico de los goigs en lloança de Santa Maria de LLedó de LLuis Revest y Mosén Vicent Ripollés, la veneración de la imagen y el canto por todos los presentes de la Salve Popular, desde el Altar Mayor se retornó a la Mare de Déu hasta su Capilla, dando así por finalizados los actos religiosos.

Los presidentes de la Cofradía en Barcelona D. Rodrigo Escalona y Dª Pilar Ferrer, junto con el secretario D. Ricard Aleixandre, la presidente de la Casa de Valencia en Barcelona Dª Lola Gómez y Dª Mariló Boera ejercieron de magníficos anfitriones dando la bienvenida al grupo venido desde Castellón que junto con los cofrades de la ciudad condal disfrutaron de una comida de hermandad. Más de 100 personas, fieles devotos, compartieron experiencias y anécdotas alrededor de la mesa. Recuerdos muy sentidos y emocionados de quienes por circunstancias de la vida se encuentran alejados de su Castellón natal pero que mantienen muy viva su devoción por la Mare de Déu.

En la sobremesa y en el turno de palabra que se estableció en la mesa presidencial, volvieron a aflorar los sentimientos mutuos de gratitud. Por un lado el agradecimiento por haber acogido a la Virgen de LLedó en la Iglesia de la Bonanova y por otro la devoción y el amor que se profesa a la Virgen.

Al finalizar, viaje de regreso. No puedo dejar de recordar a Vicentet y Tere que nos rogaron encarecidamente que al llegar a la rotonda del Hospital General pronunciáramos su nombre en recuerdo de todos los que tienen su espíritu en Castellón. Así se hizo.

El Monaguillo

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